10/05/2024.- Era algo que estaba pendiente desde el 20 de noviembre de 2020, cuando el Pleno del Consejo General de la Abogacía Española, a propuesta de la Junta de Gobierno liderada por Luis Carlos Albo Aguirre, decidió conceder a Ignacio Cuesta Areces la Gran Cruz al Mérito en el Servicio a la Abogacía.

Casi cuatro años después, la presidenta del CGAE, Victoria Ortega, imponía en la tarde de ayer tan alta condecoración al decano honorífico del ICA Oviedo y actual segundo teniente de alcalde y concejal de Infraestructuras en el Ayuntamiento de Oviedo, en un acto, copresidido por el decano, Antonio González-Busto, en el fueron varias las ocasiones en las que se recordó al recientemente fallecido Enrique Valdés Joglar. No en vano, las primeras andaduras del homenajeado en la vida colegial se dieron formando parte de la candidatura de Joglar al decanato. 

Carmen Turiel, vicedecana en tiempos de Ignacio Cuesta como decano, fue la encargada de glosar su trayectoria. Veinte minutos de alocución en la que fue desgranando con detalle "todos los méritos profesionales e institucionales, conseguidos con un trabajo incansable, una inteligencia privilegiada y un don esencial para las altas cimas que consiguió: escuchar, pensar, consensuar y decidir, por ese orden".

Tras la imposición de la enseña, Ignacio Cuesta accedió al atril de los oradores para dar las gracias, casi uno por uno, a todos los asistentes, autoridades civiles y militares, familiares y amigos: "Han transcurrido en un suspiro los últimos veinticinco años y hoy me encuentro aquí, delante de todos vosotros, investido ya con medalla y con fajín, tal que un alcalde siciliano de posguerra, querida Victoria, y lo hago adquiriendo una deuda que jamás podré saldar con los compañeros de la anterior Junta de Gobierno que solicitaron este reconocimiento, con todos los decanos que de una manera ensusiasta se adhirieron al mismo, con el Pleno del Consejo General de la Abogacía Española, con el decano y la Junta de Gobierno actual, que han organizado este acto, y con todos vosotros, que habéis querido ceder parte de vuestro tiempo para compartirlo conmigo. Gracias de corazón, aunque debo deciros que mi mayor reconocimiento lo tengo cuando cada día que entro en este colegio, todos los empleados de todos los servicios me reciben con una enorme sonrisa o cuando paseando por Oviedo me cruzo con algún compañero que me saluda con un estentóreo "decano" ".